-LOS CUATRO ANIMALES ESPIRITUALES DE LOS LAIKA

Como muchos nativos americanos, los laika están tan estrechamente vinculados al mundo animal que a menudo toman un animal como homónimo. Al hacerlo, buscan asociarse con las energías del animal y encarnar sus poderes. Cuatro animales arquetípicos son especialmente importantes para los Laika: la serpiente, el jaguar, el águila (o cóndor) y el colibrí. (Tal vez recuerdes que invocamos a estos cuatro animales espirituales en nuestra oración para
crear un espacio sagrado
.)

La Serpiente

La serpiente simboliza el conocimiento, la sexualidad y el poder curativo de la naturaleza. Es un arquetipo universal: Cuando Moisés guiaba a los israelitas por el desierto, llevaba un bastón con forma de serpiente que simbolizaba la sabiduría; en el Jardín del Edén, una serpiente tentó a Eva para que comiera el fruto prohibido del Árbol del Conocimiento; en Oriente, la serpiente simboliza la sabia energía Kundalini, que yace enroscada en la base de la columna vertebral y se canaliza hacia arriba a través de los chakras; y el símbolo de los médicos, el caduceo, que data de la antigua Grecia, representa dos serpientes entrelazadas alrededor de un bastón.

La serpiente representa la fuerza vital esencial que busca la unión y la creación, por lo que es un símbolo de fertilidad. En la naturaleza, la fecundidad es el principio creativo asociado a lo femenino. Cuando nos involucramos en las energías del arquetipo de la serpiente, invocamos el principio creativo femenino que puede reavivar nuestra pasión y ayudarnos a desprendernos del pasado, como una serpiente se desprende de su piel.

El Jaguar

El jaguar es el rey de la selva amazónica, el animal más importante para el chamán de la selva porque representa el poder de la transformación. En la tradición de los pueblos de la selva tropical, los jaguares son considerados los guardianes de la selva porque están en la cima de la cadena alimentaria, sin más depredadores que el hombre. Al eliminar a los animales más débiles de la selva, el jaguar contribuye a eliminar lo que debe morir para que nazca lo nuevo, por lo que se le considera una fuerza de cambio.

Los jaguares tenían tal poder para los pueblos antiguos que civilizaciones enteras se identificaban con ellos. Los olmecas, que prosperaron hace 3.000 años en el centro de México, eran conocidos como el «pueblo jaguar». Sus chamanes eran los «sacerdotes jaguar», y casi la mitad de las tallas y estatuas recuperadas son representaciones de humanos y felinos, muchos de ellos adultos y niños con cabezas de jaguar. Los mayoruna, una tribu de la selva amazónica, se autodenominan «gente del jaguar», se tatúan la cara para parecerse a los felinos e incluso se insertan bigotes de jabalí en piercings a los lados de la nariz para asemejarse a los grandes felinos.

El Águila

El águila es un poderoso animal espiritual que simboliza la previsión, la claridad y la visión. El chamán comprende que la energía del águila nos ayuda a percibir el panorama completo de la vida sin quedarnos atascados en sus innumerables detalles minúsculos. La energía del águila puede ayudarnos a encontrar la visión que guía nuestras vidas mirando al pasado y al futuro, ayudándonos a comprender tanto de dónde venimos como en quién nos estamos convirtiendo.

El águila también representa el principio de autotrascendencia de la naturaleza. Los biólogos han identificado este principio como una de las principales agendas de la naturaleza. Guía la mano de la evolución, es decir, las moléculas vivas se unen para convertirse en células, que forman tejidos, luego órganos y, finalmente, trascienden a un conjunto de órganos y tejidos para convertirse en seres complejos como las ballenas y los humanos.

El mismo principio opera en nuestra vida cotidiana. El águila nos muestra que no podemos satisfacer nuestras necesidades emocionales con cosas materiales, y que hay una solución espiritual para cada problema. Con las alas del águila, nos elevamos por encima de nuestras luchas cotidianas, adquirimos perspectiva y vemos las cosas como realmente son.

El colibrí

Diminuto, luchador y valiente, el colibrí nos muestra cómo embarcarnos en un viaje épico de evolución y crecimiento. Este es el viaje más noble que puede emprender una persona: el viaje hacia su espíritu. Cada año, cierta especie de colibrí emprende un viaje increíble, migrando de Brasil a Canadá a través del mar Caribe. A primera vista, estas pequeñas criaturas no parecen aptas para un vuelo tan largo -no tienen una envergadura tan amplia como las águilas y sus pequeños cuerpos no pueden almacenar mucho alimento-, pero aun así responden a una llamada anual para emprender este increíble viaje.

Cuando somos tocados por las energías de este arquetipo, nos vemos impulsados hacia nuestro propio viaje épico que nos lleva de vuelta a nuestra fuente, donde se engendró nuestro espíritu. Cuando no tenemos tiempo, dinero o conocimientos suficientes para lo que intentamos, la energía del colibrí puede proporcionarnos el valor, la fuerza y la orientación que necesitamos para triunfar. Cuando seguimos el ejemplo del colibrí y despertamos nuestro instinto natural de aprender y explorar, nuestras vidas se convierten en búsquedas épicas.

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