A lo largo del tiempo, los seres humanos han mirado hacia arriba en busca de respuestas. Por eso muchas de nuestras mitologías nos llevan a lugares elevados: Los sacerdotes sintoístas de Japón escalan el monte Fuji; el monte Ararat de Turquía es venerado por los kurdos; en la India, el monte Arunachala se considera la encarnación del dios hindú Shiva; y los dioses griegos vivían y reinaban en el monte Olimpo.
Dado que muchos de nuestros lugares más sagrados son los puntos más altos de la Tierra, no es de extrañar que las leyendas de todo el mundo estén repletas de historias sobre los arduos viajes necesarios para acceder a ellos; quizá la más conocida sea la historia bíblica de Moisés escalando el monte Sinaí para recibir los Diez Mandamientos.
Ahora bien, mientras los mortales vivimos, trabajamos y criamos a nuestras familias en el Mundo Medio de la
cosmología Laika
el Mundo Superior es el dominio del Homo luminoso,el reino del Espíritu. Este es el terreno celestial de los ángeles y arcángeles, y de los iluminados que están libres del tiempo y de la muerte. El Mundo Superior es donde alcanzas tu naturaleza divina, pero también es donde descubres los hermosos acuerdos que hiciste con el Espíritu incluso antes de nacer. Aquí conocerás la verdadera trama de tu vida -por qué has venido aquí a vivir, a quién has de amar y qué has de aprender-, recordarás los acuerdos que hizo tu alma antes de volver a entrar en la corriente del tiempo con tu nacimiento. Estos son los acuerdos sagrados que quieres recordar y empezar a vivir según ellos.
Las leyendas cuentan que el viaje al Mundo Superior es el viaje del héroe. Por eso, si quieres alcanzar las cumbres más altas, debes escalarlas como si tú mismo fueras un héroe. Al ser la otra cara de la víctima, el héroe es capaz de responder a su llamada frente a obstáculos insuperables, mientras que la víctima está a merced del destino.
Los profetas mayas predijeron que una nueva humanidad nacería de las filas del Mundo Superior en el año 2012. Esta evolución de los seres humanos nos implica a todos, ya que formamos parte de un salto cuántico para convertirnos en una nueva especie humana que desarrollará nuevos cuerpos que envejecerán, sanarán y morirán de forma diferente. En tu viaje, vas a aprender que, de hecho, experimentarás este salto.
Puedes prepararte para tu viaje al Mundo Superior deshaciéndote de creencias limitantes sobre el amor, el poder, el dinero y la salud, como: «No soy lo suficientemente bueno», «No me lo merezco», «La recuperación del alma no funcionará para mí» o «Estoy demasiado cargado de responsabilidades para cambiar». Otras versiones son: «Cuando los niños crezcan, cambiaré», «Practicaré yoga cuando tenga más tiempo» o «Cuando tenga suficiente dinero, no trabajaré tanto… y también comeré mejor».
Nos aferramos a estas creencias limitantes (también conocidas como «vacas sagradas») porque pensamos que nos proporcionarán seguridad, pero en realidad nos impiden conseguir lo único que nos permitirá experimentar la magia del mundo. Cuando nos aferramos a nuestras creencias limitantes, pueden producirse enfermedades o dificultades. Un conocido que era profesor universitario me decía que cuando su plan de jubilación estuviera totalmente financiado, por fin haría las cosas que quería hacer. Por desgracia, antes de que eso ocurriera, murió de un ataque al corazón. La lección aquí es que no siempre puedes esperar: debes dejar ir tus creencias limitantes para que puedas viajar hacia tu destino.
Por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo. Me recuerda una vieja historia india sobre un grupo de loros que están en una jaula en el palacio de un sultán. Un pájaro viejo habla a los demás (que nacieron en cautividad) de los cielos azules y de lo deliciosos que están los mangos cuando se comen desde las copas de los árboles, y de lo estupendo que es volar libre bajo las nubes. Un día, el pajarero deja accidentalmente la jaula abierta, y el pájaro cuentacuentos dice: «Vamos, amigos míos. Id y volad. Saludad las copas de los árboles por mí». Uno a uno, todos los loros salen volando de la jaula, excepto el que los convenció. Este viejo pájaro no estaba dispuesto a sacrificar la seguridad por la libertad.
Las creencias limitantes siempre se mantienen como dogma, pero si quieres escalar las más altas cumbres, debes hacerlo incluso frente a dogmas rígidos y adversidades. Tus amigos y familiares no se creerán que dejes el trabajo, la carrera o la relación que consideran perfectos para ti: pensarán que estás siguiendo la llamada de un tonto. Sin embargo, responder a tu vocación significa que sólo respondes a las opiniones de una persona: La tuya.
La semana que viene: Identificar tus vacas sagradas.
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