As mother, mentor, visionary, healer, and student of life, Anetta loves empowering individuals to create and travel their own transformative journeys. She practices and teaches Energy Medicine with the Four Winds. Through her synthesis of Psychotherapy, Body practices, Mind practices and Energy Medicine, she tailors holistic and personal approaches to each individual's Life Quest.
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-¿Te lo estás imaginando?
Los chamanes descubren el pasado, el presente y el futuro a través de la imaginación. Podemos conversar directamente con el Espíritu, dialogar con las fuerzas de la naturaleza, hablar con los grandes arquetipos sin intermediarios y convertirnos en nuestros propios profetas y visionarios. A través de nuestra imaginación experimentamos nuestra naturaleza Divina, que está oculta por la conciencia. Con el tiempo, los destellos de nuestra naturaleza Divina y las experiencias en otros reinos nos dan una sensación de asombro y aceptación de nuestras capacidades.
De vez en cuando, salimos de nuestra zona de confort y nos preguntamos si estamos imaginando cosas. De repente, como si te echaran un cubo de hielo encima, te encuentras en un lugar frío sintiéndote desconectado y desequilibrado. Para la mente occidental, cuestionar nuestras capacidades es consecuencia de una cultura que nos dice que las cosas que imaginamos son inventadas, irreales y poco fiables. Quizá de niño jugabas en el mundo invisible con amigos imaginarios y te reñían: «Deja de imaginar cosas y vive en el mundo real».
Presentados así, ¡no es de extrañar que empezáramos a creer que teníamos que elegir entre uno u otro! Y, si queremos sobrevivir, será mejor que elijamos vivir en el mundo de la vista, el olfato, el gusto, el tacto y el sonido y mantengamos nuestra imaginación e intuición bajo llave. Los chamanes saben que la elección es una ilusión creada por nuestro yo egoico que nos desconecta de nuestra verdadera naturaleza. Sabemos que a través de la imaginación nos abrimos a lo que somos más allá de lo ordinario.
Las prácticas visionarias nos ayudan a reconectar y recuperar el equilibrio. Abre el espacio sagrado y tu wiracocha y comienza tu práctica de respiración, respiración de fuego, imagina que estás conectando con Pachamama abajo y luego con las estrellas arriba. La respiración es un regulador maestro, la oxigenación ayuda a mover la energía y restablecer la armonía. En momentos de estrés, nos olvidamos de respirar profundamente y, de hecho, podemos llegar a contener la respiración. A continuación, visita tus arquetipos, conecta con cada uno de ellos y pídeles mensajes.
Cada animal arquetípico emana un sabor diferente de energía. En el Sur, la Serpiente simboliza el conocimiento, la sexualidad y el poder curativo de la naturaleza. Occidente está representado por el Jaguar, que encarna la transformación repentina mediante el sacrificio de lo que está muerto y agonizante en nuestro interior. En el Norte, el colibrí representa el valor para emprender un gran viaje a pesar de las tremendas adversidades y proporciona la guía necesaria para el éxito. El cóndor/águila representa la dirección Este, que aporta claridad y previsión, y nos permite ver el pasado y el futuro para saber de dónde venimos y en qué nos estamos convirtiendo.
A continuación, conéctate con los guardianes de los mundos inferior, medio y superior. El guardián del mundo inferior es Huascar, Señor de la vida, Señor de la muerte, guardián de las enseñanzas de la medicina, armoniza nuestra relación con nuestra sombra y da acceso a nuestras cámaras del alma. Quetzalcóatl, Señor de la Aurora, a la vez serpiente y ave de la selva, organiza el mundo intermedio para que no tengamos que microgestionar nuestras vidas. Pachacuti, Señor del mundo superior, es el guardián de las posibilidades y encarna el tiempo circular, que nos permite ver lo que se puede cambiar antes de que suceda.
Participar en prácticas visionarias reaviva nuestra imaginación y nos da acceso a nuestro máximo potencial. ¿Te estás imaginando cosas? Eso espero.