-¿Te lo estás imaginando?

Los chamanes descubren el pasado, el presente y el futuro a través de la imaginación. Podemos conversar directamente con el Espíritu, dialogar con las fuerzas de la naturaleza, hablar con los grandes arquetipos sin intermediarios y convertirnos en nuestros propios profetas y visionarios. A través de nuestra imaginación experimentamos nuestra naturaleza Divina, que está oculta por la conciencia. Con el tiempo, los destellos de nuestra naturaleza Divina y las experiencias en otros reinos nos dan una sensación de asombro y aceptación de nuestras capacidades.

De vez en cuando, salimos de nuestra zona de confort y nos preguntamos si estamos imaginando cosas. De repente, como si te echaran un cubo de hielo encima, te encuentras en un lugar frío sintiéndote desconectado y desequilibrado. Para la mente occidental, cuestionar nuestras capacidades es consecuencia de una cultura que nos dice que las cosas que imaginamos son inventadas, irreales y poco fiables. Quizá de niño jugabas en el mundo invisible con amigos imaginarios y te reñían: «Deja de imaginar cosas y vive en el mundo real».

Presentados así, ¡no es de extrañar que empezáramos a creer que teníamos que elegir entre uno u otro! Y, si queremos sobrevivir, será mejor que elijamos vivir en el mundo de la vista, el olfato, el gusto, el tacto y el sonido y mantengamos nuestra imaginación e intuición bajo llave. Los chamanes saben que la elección es una ilusión creada por nuestro yo egoico que nos desconecta de nuestra verdadera naturaleza. Sabemos que a través de la imaginación nos abrimos a lo que somos más allá de lo ordinario.

Las prácticas visionarias nos ayudan a reconectar y recuperar el equilibrio. Abre el espacio sagrado y tu wiracocha y comienza tu práctica de respiración, respiración de fuego, imagina que estás conectando con Pachamama abajo y luego con las estrellas arriba. La respiración es un regulador maestro, la oxigenación ayuda a mover la energía y restablecer la armonía. En momentos de estrés, nos olvidamos de respirar profundamente y, de hecho, podemos llegar a contener la respiración. A continuación, visita tus arquetipos, conecta con cada uno de ellos y pídeles mensajes.

Cada animal arquetípico emana un sabor diferente de energía. En el Sur, la Serpiente simboliza el conocimiento, la sexualidad y el poder curativo de la naturaleza. Occidente está representado por el Jaguar, que encarna la transformación repentina mediante el sacrificio de lo que está muerto y agonizante en nuestro interior. En el Norte, el colibrí representa el valor para emprender un gran viaje a pesar de las tremendas adversidades y proporciona la guía necesaria para el éxito. El cóndor/águila representa la dirección Este, que aporta claridad y previsión, y nos permite ver el pasado y el futuro para saber de dónde venimos y en qué nos estamos convirtiendo.

A continuación, conéctate con los guardianes de los mundos inferior, medio y superior. El guardián del mundo inferior es Huascar, Señor de la vida, Señor de la muerte, guardián de las enseñanzas de la medicina, armoniza nuestra relación con nuestra sombra y da acceso a nuestras cámaras del alma. Quetzalcóatl, Señor de la Aurora, a la vez serpiente y ave de la selva, organiza el mundo intermedio para que no tengamos que microgestionar nuestras vidas. Pachacuti, Señor del mundo superior, es el guardián de las posibilidades y encarna el tiempo circular, que nos permite ver lo que se puede cambiar antes de que suceda.

Participar en prácticas visionarias reaviva nuestra imaginación y nos da acceso a nuestro máximo potencial. ¿Te estás imaginando cosas? Eso espero.