As mother, mentor, visionary, healer, and student of life, Anetta loves empowering individuals to create and travel their own transformative journeys. She practices and teaches Energy Medicine with the Four Winds. Through her synthesis of Psychotherapy, Body practices, Mind practices and Energy Medicine, she tailors holistic and personal approaches to each individual's Life Quest.
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– Abrazar la Divinidad Femenina
El Yoga Sutra de Patanjali es el texto clásico sobre la práctica espiritual del yoga. Escrita hace más de 2.000 años, esta obra es un mapa de la vía rápida hacia la iluminación. Procede de una antigua tradición oral en la que se veneraba a Devi, la Divinidad femenina, como principio creador del universo. Es la Diosa, la fuerza primordial de la naturaleza y la fertilidad. Trae el agua del cielo, protege a los humanos y es la madre de la vida y de la muerte, sosteniendo en su mano derecha la alegría y el dolor, y en la izquierda la vida y la muerte. El universo está contenido en su vientre. En sus formas más feroces, Devi es conocida como Durgha y Kali; mientras que en sus expresiones más tiernas es Lakshmi, o Parvati. Reside en todas las mujeres como fuerza animadora de su alma.
Cuando el Yoga Sutra comenzó a ser enseñado por sacerdotes y eruditos de una tradición hindú masculina, una con el poder de gurús y templos y décadas de estudio a sus espaldas, el aspecto femenino del Espíritu, Devi, comenzó a ser dejado de lado y surgió una actitud desdeñosa hacia las mujeres. Las formas más poderosas de Devi quedaban eclipsadas por su imagen de madre o esposa, enfermera o amante. La Diosa perdió su lugar de poder como igual a Dios y se subordinó al aspecto masculino de la Divinidad. Este mismo escenario de desempoderamiento de lo femenino se extendió por muchas culturas, dando lugar al ridículo, el castigo e incluso la muerte, silenciando de hecho el poder equilibrador de la voz de las mujeres.
Como chamanes sabemos que una relación hostil, victimizada y sin poder con la Divinidad femenina nos impide entrar plenamente en el camino de la medicina. Así, abrazamos a la Diosa que veneramos como fuerza primordial de la naturaleza y la fertilidad, y también abrazamos a la Diosa como una fuerza feroz con la que hay que contar, que tiene la vida y la muerte en sus manos.
Estamos experimentando la ferocidad de la Diosa, como Gaia, levantándose y afirmando su lugar de poder enviando fuegos, inundaciones, vientos y plagas hacia nosotros.
Considera tu propia relación con lo femenino. ¿Te identificas más con los papeles de esposa, enfermera o amante? Muchos de nosotros, tanto hombres como mujeres, estamos llenos de estereotipos de la mujer ideal que hemos recogido de nuestras familias y nuestra cultura. La mayoría de los estereotipos implican a las mujeres en papeles deferentes. Sabemos que las mujeres suelen ser percibidas como agresivas cuando un hombre es visto como asertivo. Y, sin embargo, también sabemos que no hay nada tan feroz como una madre protegiendo a sus crías.
Carl Jung reconoció que los hombres y las mujeres tenemos aspectos masculinos y femeninos en nuestra psique, el ánima y el ánimus. Mirando en tu interior y en el de las mujeres que te rodean, imagina salir del estereotipo limitado que relega a la mujer a encontrar aceptación sólo cuando protege a sus crías, y en su lugar abrazar sin complejos a Durga, la Madre de la vida y de la muerte, cuya ferocidad aporta equilibrio al mundo.
Reverenciando ambos aspectos de la Divinidad femenina, hombres y mujeres juntos pueden co-crear una mitología para el futuro en la que la Diosa reclame su lugar como igual dando vida a un mundo de equilibrio y armonía.