Sabemos que el universo nos devuelve el mapa de la realidad que llevamos dentro y, sin embargo, entrar en contacto con nuestro propio mapa interno puede ser todo un reto. Desearíamos que nuestro mapa interior reflejara un mundo de paz, armonía y amor, pero nos encontramos rodeados de una existencia muy diferente. Vivimos y respiramos la disonancia cognitiva entre nuestros deseos y nuestra realidad, y eso nos grava emocional, física y espiritualmente.
Al darnos cuenta de que necesitamos hacer cambios, primero debemos encontrar y aceptar nuestros mapas reales y luego poseer y aceptar nuestras propias
percepciones y proyecciones
. Al asumir todo lo que sientes que está mal en el mundo, te das cuenta de que toda la violencia y la duplicidad que percibes en el mundo exterior también están vivas en tu sombra.
En la Parábola de las dos aldeas encontrará una guía para acceder a su propio mapa interno.
Un hombre que viajaba se encontró con un campesino que trabajaba en su campo y le preguntó cómo era la gente del pueblo de al lado. El granjero respondió preguntando: «¿Cómo era la gente del último pueblo que visitaste?». El hombre respondió: «Eran amables, simpáticos, generosos, gente estupenda». «Verás que la gente del pueblo de al lado es igual», dijo el granjero. Otro hombre que viajaba a la misma aldea preguntó al mismo granjero cómo era la gente de la aldea vecina. El granjero respondió preguntando: «¿Cómo era la gente del último pueblo que visitaste?». El segundo hombre respondió: «Eran gente grosera, antipática y deshonesta». «Verás que la gente del pueblo de al lado es igual», dijo el granjero.
La belleza de las parábolas es que plantean cuestiones filosóficas más amplias que nos guían para responder a las grandes preguntas de la vida. Al aplicar la parábola de las dos aldeas a nuestra propia vida, podríamos preguntarnos cómo describiríamos a las personas que nos rodean, a las que forman parte de nuestra aldea cotidiana. Tómate un momento y escribe tus respuestas con radical honestidad. A continuación, considera la posibilidad de aplicar la parábola a nivel macro, reconociendo que toda la comunidad mundial es nuestra aldea. Anota esto también.
Tus respuestas iluminarán tu verdadero mapa interno de la realidad. Tal vez, a nivel microeconómico, esté satisfecho con su aldea, la describa en términos elogiosos y proyecte en el mundo su expectativa de que otras aldeas con las que entre en contacto tendrán las mismas características. Pero en un nivel macro, usted describe la comunidad global utilizando palabras negativas, proyectando en el mundo la expectativa de que cualquier nueva comunidad global tendría igualmente características negativas.
Las palabras tienen un gran poder para influir en nuestro mapa interno de la realidad, tanto a nivel personal como global. En esta época de gran transición, la forma en que describimos hoy nuestra comunidad mundial influirá en nuestras expectativas para el futuro. Podemos elegir cambiar nuestro enfoque de todo lo que está mal a todo lo que es bello y correcto, y proyectarlo en su lugar. ¿Qué palabras elegirás?