Comprender el sufrimiento

Buda, que había vivido una vida protegida de lujo como el joven príncipe Siddhartha, fue llamado a su iniciación a la edad de 29 años, cuando abandonó por primera vez el palacio y viajó al campo. Por el camino vio a un anciano encorvado, y preguntó a su auriga si la vejez les llegaría a todos. Cuando su chófer dijo que sí, el príncipe se turbó.

A medida que avanzaba, fue testigo de la enfermedad, el hambre y la muerte en forma de cadáver putrefacto. Siddhartha estaba confuso y angustiado, pues el lado «feo» de la vida le había sido ocultado durante su juventud. Ahora su inocencia se veía destrozada por la realidad fuera de los muros del palacio.

En lo que se conoce como la «gran partida» de Buda, el joven príncipe renunció a su vida desahogada, se afeitó la cabeza como un monje y salió a la calle a mendigar su comida. La gran partida representa un elemento esencial de toda iniciación: dejar atrás la comodidad de lo familiar, una renuncia difícil incluso cuando lo familiar es doloroso, como en un mal trabajo o una mala relación.

Buda no pudo alcanzar la iluminación tomando té en los jardines de palacio. Tenía que adentrarse en el mundo desconocido fuera de las puertas del palacio. El rey envió sirvientes para atraer al príncipe a casa con comida y bebida, pero el joven futuro Buda se negó. No se dejó seducir por su vida anterior.

En lugar de eso, se sentó en silencio bajo una higuera y dirigió su atención hacia su interior hasta que encontró las respuestas que buscaba: ¿Por qué debemos sufrir? ¿Hay alguna salida? Imagínese sentado a la sombra de un árbol bajo el calor abrasador de la India, una tarea nada fácil, con moscas posándose en su cara, jóvenes atractivas paseando, leprosos durmiendo a su lado y niños gritando y jugando a su alrededor, por no mencionar el hambre que le corroe las tripas. Siddhartha se enfrentó a todos estos retos internamente. Debió de enfrentarse a todos los miedos y demonios imaginables.

Al final, Buda descubrió que el sufrimiento podía eliminarse. Tras su iluminación, regresó con un don de sabiduría que compartió con todos los que quisieron escucharle. Las Cuatro Nobles Verdades siguen siendo el núcleo del budismo actual. Lo son:

  1. La vida es sufrimiento: nacer es sufrimiento, envejecer es sufrimiento, la enfermedad es sufrimiento, la muerte es sufrimiento; la pena, el dolor y la desesperación son sufrimiento.
  2. El sufrimiento es causado por el ansia y el deseo.
  3. Al renunciar al ansia y al deseo, te liberas del sufrimiento.
  4. Este camino se logra a través de la visión correcta, la intención correcta, la palabra correcta, la acción correcta, los medios de vida correctos, el esfuerzo correcto, la atención correcta y la concentración correcta.

Las enseñanzas del budismo se han extendido por todo el mundo, pues las Cuatro Nobles Verdades son una sabiduría universal. Pero igual de importante es el viaje iniciático de Buda, una llamada a la acción que cada uno de nosotros debe emprender, pues así aprenderemos a superar el sufrimiento en nuestras propias vidas.

¿Has escuchado la llamada a la acción para acabar con el sufrimiento en tu vida y en la de los demás? ¿Estás preparado para la Gran Partida?