Algunos de nosotros sabemos sin lugar a dudas que hemos sido llamados a recorrer el camino del Chamán. Algo monumental y estremecedor como la enfermedad, la muerte o la guerra cambió nuestra realidad para siempre y abrazamos nuestra vocación espiritual o huimos de ella pataleando y gritando, dudando de que pudiéramos tener éxito en esta nueva empresa.
Uno de mis relatos de iniciación favoritos es la historia bíblica de Jonás, a quien Dios llama para que vaya a Nínive y enseñe a sus habitantes. Jonás se siente cómodo en casa criando a sus hijos y ocupándose de los asuntos domésticos cotidianos. Cuando oye la llamada de Dios, su respuesta es correr tan rápido como puede en dirección opuesta a Nínive.
Jonás no está interesado en atender esta llamada; de hecho, le horroriza la idea de que pueda ser algo más que un simple pescador. No cree que pueda ser un mensajero de esperanza y duda de que pueda llegar a ser algo más que un simple hombre que destripa pescado cada mañana.
Aterrorizado ante la posibilidad de fracasar en la tarea que se le ha encomendado, Jonás sube a un barco para alejarse todo lo posible de su vocación. Cuando el barco se enfrenta a fuertes tormentas en el Mediterráneo, los marineros sospechan que alguien ha desafiado a Dios y arrojan a Jonás al mar, donde es engullido por una ballena. Permanece en el vientre de la ballena hasta que finalmente es escupido en las costas de Nínive.
La moraleja de la historia es que la vida nos arrastrará pataleando y gritando hacia nuestro destino si intentamos escapar de ella. Nuestra elección es ser entregados en gracia y belleza, lo que ocurre cuando decimos sí a nuestra iniciación, o cubiertos de saliva de ballena, lo que ocurre cuando la rechazamos.
La ballena del cuento representa nuestras emociones, un poder enorme e irresistible que amenaza con engullirnos y mantenernos atrapados durante días o años. ¿Recuerdas cuánto tiempo estuviste atrapado en una relación dolorosa, enfadado contigo mismo y con tu pareja, mucho después de darte cuenta de que había llegado el momento de dejarlo? Podemos pasar muchos años en el vientre de la ballena lidiando con nuestra rabia, o nuestra sensación de no tener la pareja o la vida adecuadas, o nuestra envidia por la juventud, el éxito o la riqueza que otros tienen y que a nosotros nos puede faltar. Al final, la ballena nos escupe a las costas que debíamos alcanzar.
Cuando Jonás llega a las costas de Nínive, está dispuesto a seguir su llamada, sin vacilaciones y plenamente capaz de acceder a su poder y comprender su misión. El chamán comprende que hay formas más elegantes de llegar a Nínive que en el vientre de una ballena.
La iniciación es nada menos que una invitación a un destino inimaginable. Está plagado de peligros y oportunidades. El resultado no está garantizado. Requiere una respuesta valiente, y nos invita a convertirnos en el héroe de nuestro propio viaje.
A veces, el viaje se repliega sobre sí mismo y se nos presenta una nueva oportunidad de ser reiniciados por graves circunstancias de la vida que sacuden de nuevo nuestra realidad y exigen otra respuesta valiente para profundizar en nuestra vocación espiritual. Los acontecimientos mundiales nos desafían y nos llaman a profundizar continuamente.
¿Tienes el valor de responder a tu llamada de una manera nueva y más grande, hasta que se convierta en Verdad?
