Sueño lúcido

El sueño lúcido es importante porque nos ayuda a introducir la conciencia y la percepción en nuestros sueños. Una vez que aprendemos a soñar lúcidamente, los sueños ya no nos «ocurren» sin más. Cuando nos damos cuenta de que estamos soñando, somos capaces de guiar y dirigir nuestros sueños.

El sueño lúcido es el primero de los tres pasos de las prácticas oníricas del chamán. La segunda es llevar la conciencia a tu sueño sin sueños, cuando no tienes imágenes de sueños en tu conciencia. La tercera consiste en trasladar la práctica del sueño (no los sueños, sino la habilidad de soñar) al estado de vigilia, para comprender que en todo momento se está soñando con la existencia del mundo.

A través del sueño lúcido, los chamanes pueden acordar reunirse una noche determinada en un lugar de poder en la naturaleza. Es posible que utilicen un cristal o alguna otra piedra hermosa para facilitar su ensoñación. Cuando comparan notas en los días o semanas siguientes, reconocen que efectivamente habían compartido el mismo espacio psíquico y eran capaces de recordar lo que los demás habían dicho o hecho.

Para empezar, elige una piedra -quizá un bonito cristal- sin bordes afilados y que quepa bien en la palma de la mano, de modo que puedas frotarte las manos mientras la sostienes.

Cuando te vayas a la cama, ponte la intención de soñar lúcidamente. Por ejemplo, puede que decida soñar con estar en una montaña del Himalaya, o tal vez con una casa en la que vivió durante su infancia, o con visitar a familiares que ya no viven. También puede determinar visitar una «universidad» a la que acudirá para recibir enseñanza y formación.

Mientras te concentras, sopla en tu piedra con una respiración suave y pídele a tu subconsciente que traiga la imagen de la piedra a tus sueños. Sostén la piedra en la mano mientras te vas a dormir.

Durante la noche, la piedra se te caerá de la mano y acabará en algún lugar de la cama. Si te das la vuelta y te tumbas sobre él, es probable que salgas momentáneamente de tu sueño profundo. Toma la piedra en tus manos. Imagina que lo llevas contigo a tus sueños y reafirma tu intención de soñar lúcidamente.

Después de unos cuantos intentos, verás que la piedra empieza a aparecer en tus sueños. Te darás cuenta de que estás soñando mientras estás en el sueño. Y, con el tiempo, serás capaz de dirigir tus sueños en la dirección deseada.

¿Estás preparado para dirigir tus sueños? Asegúrate de practicar este ejercicio toda la semana hasta la próxima entrega de la serie de este mes ¡Encuentra tu propósito!