-Viaje al Mundo Superior

En esta entrada del blog aprenderás cómo viajar al Mundo Superior, donde conocerás a tus padres celestiales y les pedirás que te revelen el acuerdo original de tu alma. En tu primer viaje, haz preguntas sencillas (ya habrá tiempo en viajes posteriores para preguntas más amplias) y mantente abierto a las posibilidades de tu destino, sea cual sea.

Antes de abandonar el Mundo Superior, llamarás a
un animal de poder
cuyo instinto y cualidades te guiarán hacia tu destino. Aunque cumplirá una función similar al que recibiste en el Mundo Inferior, el animal espiritual que te regalan desde el Mundo Superior es casi siempre una criatura alada, como un halcón, una paloma o un águila. Te enseñará visión y la capacidad de poner tu vida en perspectiva.

Al igual que en viajes anteriores, es posible que desee grabar estas instrucciones antes de empezar para minimizar las distracciones.

Siéntate o reclínate cómodamente y prepárate

abriendo el espacio sagrado

. Realice el ejercicio de respiración de la pequeña muerte y luego declara en silencio tu intención para este viaje: que te gustaría conocer a tus padres celestiales. Imagina delante de ti un gran árbol cuyo tronco es ancho y espacioso, con raíces que se adentran en la tierra y ramas que se extienden hacia el cielo. Envía tu cuerpo luminoso al tronco de este árbol. Siéntete dentro de él, abrazado a él, con la savia fluyendo a través de ti mientras sube desde las raíces hasta las ramas. Deja que esa savia te lleve a las ramas más altas, y llega a un lugar por encima de las nubes.

Mira a tu alrededor. Estás sobre una nube sólida, y puedes estar de pie y caminar con seguridad. Ahora invoca al guardián de la puerta: «Guardián del Tiempo Venidero, tú que haces girar las estrellas en sus órbitas, permite que que entre en tus dominios». Observa cómo el guardián de la puerta se acerca y te da la bienvenida. Mírale a los ojos y repite tu intención.

Pídele al guardián que te acerque a tus padres celestiales. Observa cómo dos luces se acercan desde lejos y se acercan a ti. Salúdalos: son tus padres luminosos, arquetipos que están libres de tiempo y forma. Siente cómo te saludan, diciendo: «Bienvenido a casa, mi pequeño, todo está bien».

Pregunta a estos seres: «¿Quiénes sois?». «¿Sois mis padres celestiales?» y «¿Qué relación tenéis conmigo?». Mientras comulgas con estos seres luminosos, observa cómo tus pensamientos y los suyos se convierten en uno. No hay separación entre vosotros. Cualquier cosa que pienses, ellos la perciben instantánea y totalmente. Todo lo que ellos piensan, tú lo percibes en su totalidad.

Pide a estos seres que te recuerden ese contrato sagrado original que acordaste antes de venir a esta vida. Pregunte por qué eligió a los padres que eligió, el lugar donde nació y las circunstancias de su nacimiento. Pídeles que te recuerden el acuerdo que hiciste con el Espíritu antes de nacer: ¿Qué viniste a experimentar, explorar, aprender y servir en esta vida? ¿Hasta qué punto ha sido fiel a este acuerdo? ¿Cómo restablecer sus condiciones originales?

Recordando tu contrato sagrado, sigue a estos dos seres de luz hasta una gran escalera que se extiende sobre el cielo, y asciende con ellos al quinto mundo, al lugar de tu devenir. Mira a tu alrededor: Este es un lugar de ciudades de diamantes, de pueblos de cristal, de tierra virgen y ríos prístinos. Pide que se te muestre la línea del destino que te traerá el mayor bien, donde serás de mayor servicio a toda la vida. Puede percibirlo como un sentimiento, una sensación, una imagen o como palabras. Pero lo importante es percibirlo con el corazón y el alma.

Una vez que hayas percibido este destino más elevado, investiga cuál puede ser tu nuevo contrato sagrado. ¿Incluye sus anhelos y aspiraciones más profundos? Pregunta a tus padres celestiales a qué te comprometes a aprender, amar y experimentar. Recuerda que puedes negociar las condiciones de este nuevo acuerdo.

Ahora comienza tu viaje por la escalera, y de vuelta al cuarto mundo. Si quieres, tómate un momento para visitar el pueblo de tus antepasados, y que sepas que todo va bien con ellos. Cuando hayas terminado, da las gracias a tus padres celestiales, que te estarán esperando cuando vuelvas a casa después de tu muerte. Dales las gracias por ayudarte a recordar tus contratos sagrados. Y dales las gracias por permitirte devolver a tu corazón el destino que has recuperado.

Cuando te dispongas a abandonar el Mundo Superior, da las gracias al guardián de la puerta e invoca a un animal espiritual alado para que te acompañe. Siente cómo te envuelve con sus alas, abrazándote dulcemente. Sepa que está aquí para guiarle y protegerle.

Con tu animal espiritual, regresa a las ramas más altas del gran árbol, desciende por las ramas a medida que se hacen más y más gruesas, y deja que la savia te lleve de vuelta por el enorme tronco. Siente cómo el espíritu animal viene contigo, volando a tu alrededor mientras desciendes. Sal del árbol y vuelve a la habitación y a tu cuerpo.

Siente al animal espiritual rondando a tu alrededor. Mírale profundamente a los ojos: ¿De qué color son? Siente sus garras. Extiende las manos y lleva a este animal alado energéticamente a tu séptimo chakra. Siente cómo extiende sus alas dentro de tu corazón.

Vuelve a nuestro mundo, trayendo aquello que recuperaste, recordando quién eres, de dónde vienes y qué viniste a experimentar. Lleva esta intención en tu corazón con pureza y compasión. Respira hondo, abre los ojos y cierra el espacio sagrado.

Siguiente: Un diálogo diario con tus padres celestiales.