La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro de crear nuevas redes neuronales tanto para nuestra salud individual como para la sociedad en general. Ahora sabemos cómo aprovechar la neuroplasticidad de nuestro cerebro para mejorar determinadas vías neuronales. En esencia, podemos alterar nuestra función cerebral de modo que podamos acceder más plenamente a aquellas áreas que allanan el camino para liberarnos de traumas y emociones destructivas; esto también nos permite expresar los genes de la salud y la longevidad e incluso de la iluminación.
Gracias a la neuroplasticidad, el cerebro es capaz de recablear las vías neuronales e incluso establecer nuevas supervías neuronales. Cuando una persona sufre un derrame cerebral y pierde la función de la mano derecha, por ejemplo, el cerebro puede crear nuevas vías que permitan a la mano izquierda realizar algunas de las funciones que antes sólo realizaba la derecha.
Las redes neuronales se crean mediante una estimulación concentrada y comprometida. Se necesita algo más que una simple repetición para crear redes neuronales. Los deportistas profesionales saben desde hace tiempo que la práctica no necesariamente hace al maestro, porque la mala práctica simplemente refuerza una vía menos que ideal en el cerebro. Del mismo modo, repetir una oración una y otra vez sin una intención positiva enfocada hace que la iluminación sea menos probable. Si quiere experimentar, intente cepillarse los dientes o sujetar el tenedor con la mano no dominante y observe cuánta concentración se requiere para realizar esta sencilla tarea. Del mismo modo, la práctica de la alegría, la bondad y el perdón requieren una atención concentrada para desarrollarse, pero cuanto más las ejercitas, más fácil y naturalmente aparecen.
Así pues, la atención es importante, ya se trate de una meditación suave o de la intensa concentración de un atleta en un momento competitivo crítico.
Las redes neuronales que se forman en el vientre materno y en la infancia son la base de nuestras creencias posteriores. Son las creencias que llevamos a la edad adulta y a través de las cuales entendemos e interpretamos nuestras experiencias. Y aunque las primeras lecciones de nuestra infancia suelen sernos útiles, pueden teñir negativamente experiencias futuras que, de otro modo, habrían sido percibidas como benignas o incluso positivas.
La ciencia de la neuroplasticidad sugiere que se pueden recablear los circuitos del cerebro y crear asociaciones nuevas y más positivas en las experiencias cotidianas. Los chamanes aprendieron que las emociones instintivas de supervivencia como el miedo, la lujuria y la ira, que influyen en la forma de responder a los acontecimientos de la vida, son en realidad las causas de la enfermedad. Ya no tienes que sucumbir a la tiranía del cerebro límbico emocional con sus pesadillas autocreadas que te impiden experimentar la alegría. No tienes por qué experimentar respuestas de miedo cuando te enfrentas a situaciones nuevas. En lugar de eso, puedes llegar a ellos fresco, abierto a las posibilidades que presentan.
Para liberarte de las respuestas emocionales inmediatas del cerebro límbico, debes realizar dos tareas. Primero tienes que mejorar la fisiología de tu cerebro, lo que puedes conseguir haciendo modificaciones específicas en la dieta y el estilo de vida. En segundo lugar, una vez optimizado el cerebro, puede aprovechar al máximo su poderosa capacidad para desarrollar vías que le permitan experimentar a las personas y los acontecimientos que antes percibía como negativos, como enriquecedores, satisfactorios y positivos.
¿Le gustaría aprender a crear nuevas redes neuronales y cambiar su vida? Una combinación de suplementos nutricionales, glutatión y oxígeno hiperbárico, de los que se habla en los protocolos del Programa Potencie su Cerebro, le ayudarán.