Las mitocondrias y la fuerza vital femenina

En los humanos, el córtex prefrontal, situado en la parte frontal del cerebro, adquiere una importancia crítica como nuestro vínculo con el futuro, nuestra clave para la iluminación, la respuesta a esas antiguas preguntas: ¿Cómo podemos vivir una vida larga y sana, sin que nos afecten las enfermedades debilitantes y degenerativas del cerebro? ¿Cómo podemos convertir el denso plomo de la conciencia humana en el oro de la conciencia iluminada? ¿Cómo podemos programar el cerebro para la vida, la salud y la alegría? ¿Cómo evolucionaremos?

El córtex prefrontal está asociado a las funciones cerebrales más elevadas, como razonar, inventar el alfabeto y la música, descubrir la ciencia y participar en el pensamiento creativo. Las mitocondrias están estrechamente vinculadas a la capacidad del córtex prefrontal para funcionar a pleno rendimiento. Son las centrales energéticas de las células y la fuerza vital femenina a la que se refieren los chamanes.

Las mitocondrias son las directoras de la orquesta genética que regula cómo envejece, se divide y muere cada célula. Llevan la batuta que ayuda a dictar qué genes se activan y cuáles se desactivan en cada una de nuestras células. Y proporcionan el combustible para establecer nuevas redes neuronales. Además, todo el ADN mitocondrial de su cuerpo se hereda únicamente del linaje de su madre. Eso significa que la fuente de energía que sustenta tu vida procede exclusivamente de las mujeres de tu árbol genealógico: tu matrilinaje.

Las mitocondrias utilizan carbohidratos como combustible, que convierten en energía vital con los subproductos de agua y dióxido de carbono. Este proceso se denomina metabolismo oxidativo, llamado así porque el oxígeno se consume en el proceso, al igual que el oxígeno se consume en el fuego. Pero, a diferencia del fuego, que libera energía en una reacción incontrolada, la energía, o fuerza vital, producida por las mitocondrias se almacena en una «batería» química, una molécula única llamada trifosfato de adenosina (ATP). El ATP, rico en energía, puede entonces transportarse por toda la célula.

Además del combustible que producen, las mitocondrias también crean un subproducto relacionado con el oxígeno llamado especies reactivas del oxígeno (ROS) también conocidas como radicales libres. Los radicales libres desempeñan un papel fundamental en la regulación de la apoptosis, el proceso por el que las células inician su autodestrucción, una función crítica que permite el crecimiento y la curación del organismo en general. La apoptosis es el protocolo que permite a su cuerpo deshacerse continuamente de hasta diez mil millones de células cada día, dejando espacio para células nuevas y más sanas.

Aunque la apoptosis suele ser positiva, se convierte en una situación negativa cuando la función mitocondrial se deteriora y envía señales que indican a la célula normal que debe morir. De hecho, éste es el fallo fundamental del mecanismo mitocondrial que conduce a la destrucción de las células cerebrales en prácticamente todas las enfermedades neurodegenerativas, como la esclerosis múltiple de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Lou Gehrig, por citar algunas. Sin embargo, esta apoptosis de las células cerebrales no se limita sólo a estas enfermedades. El proceso se produce a lo largo de toda la vida y es responsable de un deterioro general de las funciones cerebrales, aunque no esté catalogado como una enfermedad en sí.

¿Cómo podemos curar las mitocondrias? Una combinación de suplementos nutricionales, glutatión y oxígeno hiperbárico, de la que se habla en los protocolos del Programa Potencia tu Cerebro.

¿Está preparado para sanar sus mitocondrias?