En anteriores entradas del blog, hemos escrito sobre los Mundos Inferior, Medio y Superior (la representación de la Laika del inconsciente colectivo de toda la humanidad) y el
viaje chamánico
.
Enterrado en el vasto dominio inconsciente del Mundo Inferior hay un aspecto confiado, amoroso, inocente y femenino de nuestra alma. Para la gran mayoría de nosotros, este fragmento fue abandonado o arrebatado por la gran avalancha de conflictos infantiles o traumas de vidas pasadas. Para mantenerse íntegro, huyó, dejando sólo el yo herido.
Para encontrar, rescatar y sanar esa parte que nos falta, debemos ir a pescar en las aguas más profundas de la psique. Este tipo de curación no puede producirse cuando pescamos desde la orilla, donde reelaboramos las preocupaciones cotidianas. Debemos aprender a saltar por la borda y seguir las corrientes.
Por mucho que pensemos que queremos consolar a esas partes perdidas de nuestra alma, puede que en lugar de eso queramos apalearlas: pueden dar miedo y ser repulsivas. En psicología, se nos enseña a analizar estos aspectos de nosotros mismos, pero en
recuperación del alma
no diseccionamos ni negamos estas partes perdidas del alma, sino que las reconocemos y sanamos, y las integramos de nuevo en la totalidad de nuestro ser.
No es un proceso fácil. Volver a poner orden en tu vida suele ser un cataclismo, ya que tu mundo se ha puesto patas arriba. Puede ser tentador decirse a uno mismo: «No puedo ocuparme de esto ahora, estoy demasiado ocupado. Me ocuparé de ello mañana, la semana que viene o el año que viene». Ten en cuenta que cuando la mayoría de las personas acuden a mí para recuperar su alma, ya están sufriendo una enfermedad física o angustia emocional porque las partes perdidas de su alma exigen ser reconocidas y reintegradas.
La clave está en recuperar las partes perdidas de tu alma antes de que hagan que tu vida caiga en picado. La
Laika
conciben las partes perdidas del alma como seres con los que podemos relacionarnos y hablar. Por ejemplo, tu naturaleza cruel puede estar personificada por un hombre siniestro con una capa negra, mientras que tu vulnerabilidad puede estar representada por una niña asustada.
Ahora bien, si tu alma se fragmentó cuando eras niña, la niña que recuperes no crecerá espontáneamente. Una vez recuperada esa parte de tu alma, tienes que ayudarla a madurar y a crecer sintiéndose segura. Tienes que atenderla, cuidarla y hacerle un hueco en tu vida.
Si atiendes a esta parte del alma, puede crecer rápidamente y cambiará tu vida. Por eso pregunto a mis clientes de recuperación del alma si están seguros de tener el tiempo y el compromiso para este paso. Porque sea lo que sea, el cambio va a ser grande. La parte perdida de su alma les va a seguir a casa, y les hará poner su vida en orden de nuevo.
Para encontrar su parte del alma perdida, primero debe leer los mapas que describen hacia dónde se dirige y precisar su destino. Para los Laika, los pensamientos, los sueños y las visiones son tan reales como el mundo material. No existe un mundo sobrenatural: todo es natural, con reinos visibles e invisibles que podemos visitar a través de nuestros sueños e imaginación. Son tan mapeables y conocibles como nuestro mundo literal.
Aprender el mapa del Mundo Inferior es parecido a una visita de orientación a una biblioteca. Se nos dice dónde se encuentra cada cosa, pero sólo cuando empezamos a leer y a consultar libros llegamos a conocer la verdadera profundidad y amplitud del lugar. A través del viaje, podemos acceder a la «biblioteca viviente» de nuestra existencia, que contiene los paisajes, territorios y experiencias de nuestro pasado, presente y posible futuro. Pero a diferencia de una biblioteca real, donde el conocimiento y las experiencias están a buen recaudo dentro de publicaciones ordenadas en estanterías, el terreno de nuestras vidas es misterioso, cambiante y experiencial.
En un futuro blog, aprenderás más sobre el Mundo Inferior y lo que se necesita para llegar a él.
